Vivimos saturados: elegir con intención en tiempos de ruido digital | Placevo

Vivimos saturados: elegir con intención en tiempos de ruido digital

Cada día nos llegan miles de estímulos: vídeos, tendencias efímeras, opiniones que no pedimos, ropa que dura dos semanas, ideas recicladas, promesas vacías… y una extraña sensación de urgencia constante.

Pero cuando lo piensas con calma, casi nada es realmente urgente.

Seguimos consumiendo sin parar. No por interés, sino por inercia. Como si estuviéramos atrapados en un carrusel digital que nunca se detiene, aunque ya nadie lo disfrute de verdad.

La vida digital tiene ese efecto: te llena, pero no te nutre. Te entretiene, pero te vacía. Te conecta, pero te desgasta.

Y, aun así, seguimos pidiendo más. Más estímulos, más novedades, más “a ver qué hay hoy”.
Quizá porque, en el fondo, seguimos buscando algo distinto: algo con intención, con criterio, con personalidad.

No se trata de nostalgia, ni de mirar atrás.
Se trata de aprender a filtrar.
De elegir lo que nos suma y dejar pasar lo que solo hace ruido.

Porque sí, aún hay espacio para las cosas hechas con cabeza:
Las que no gritan, pero se quedan.
Las que no compiten, pero conectan.
Las que no necesitan viralidad para tener sentido.

El ruido está ahí.
Lo sabemos.
Pero no todo tiene que sonar igual.

 

We Are Saturated: Choosing Intentionally in the Age of Digital Noise

Every day, we’re hit with thousands of things: videos, fleeting trends, opinions we never asked for, clothes that last two weeks, recycled ideas, empty promises — and a strange sense that everything is urgent.

But when you stop and think… almost nothing really is.

We keep consuming nonstop. Not because we care, but because it’s automatic. Like we’re stuck on a digital carousel that never slows down — even though no one’s really enjoying the ride.

Digital life fills you, but doesn’t nourish you.
It entertains you, but leaves you empty.
It connects you, but wears you out.

And still, we ask for more.
More stimuli, more newness, more “what’s on today?”
Maybe because deep down, we’re looking for something different: something with intention, with taste, with soul.

It’s not about nostalgia.
It’s not about going backwards.
It’s about filtering better.

Because yes — there’s still space for things made with thought:
The ones that don’t shout, but stay.
The ones that don’t compete, but connect.
The ones that don’t need to go viral to make sense.

The noise is real.
We know it.
But not everything has to sound the same.

Regresar al blog